EL NEGRERO NEGRE Y SU BANDA (IV)

Un ex trabajador de EDATV: «Negre nos decía que éramos ‘gilipollas’ y nuestro trabajo, una mierda»

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Borja Jiménez

Jaime del Campo apenas duró dos semanas en EDATV. Fue el tiempo que necesitó para darse cuenta de que tenía que irse de ahí cuanto antes. “Se me había prometido contrato, algo legal, algo lógico… Y estuve dos semanas sin descanso, y sin cobrar y sin firmar absolutamente nada”, explica el joven veinteañero a OKDIARIO.

El caso de Jaime es uno más de jóvenes explotados por una empresa en la que figuran entre sus accionistas las hermanas María del Carmen y María Esther Cordón, -hijas del empresario Publio Cordón, secuestrado y asesinado por los GRAPO en 1995, y antiguas propietarias de Quirón Salud-; y la propietaria de Eulen, María José Álvarez. Además del propio Negre, son también accionistas las sociedades Majal Gestión SL, Daval Control SL, y Pablo García Negre, su hermano. A todos ellos también está vinculado Alvise Pérez, conocido como El rey del bulo.

A estos jóvenes interesados en ganar experiencia, Negre les promete fama a cambio de un tiempo a prueba en la empresa trabajando a destajo como falsos autónomos. “Negre me dice que estoy a prueba, pero también me comenta algo del falso autónomo”, continúa el extrabajador de Javier Negre, que asegura que “ni siquiera firmé algo. Aunque estuviera de prueba. Es que si me pasa algo en ese momento…”, denuncia.

Del Campo recuerda un peligroso episodio vivido cuando estaba a las órdenes de Negre: “Tuvimos una experiencia cuando me mandó a un mitin de Vox en Burgos y otro en Zamora. Una llamada después, estaba insultándome a mí, a mi compañero… Diciéndome a mí las cosas que iba a hacer con el otro compañero a la espalda. Y de muy malas formas”, recuerda.

“Llamándonos mientras conducía. Yo le dije que estaba conduciendo, que no podía hablar por teléfono y el seguía erre que erre insultándonos sin parar”, continúa el joven exempleado de EDATV, que resume su relación con Negre en “insultos”. “Nos decía que somos unos gilipollas, que es una puta mierda de trabajo… Despreciando también a gente que habíamos entrevistado… Como que no valían para nada y nuestro trabajo no valía para nada. Faltando mucho al respeto a mi compañero, diciendo que le iba a echar”, afirma Del Campo, que recuerda, sin embargo, que fue advertido desde el principio: “Yo llegué y nadie de ahí me decía nada bueno de él, ni de las condiciones”.

Javier García Negre manifiesta

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